1/6/11

Área forestal de La Malva

















Durante siglos, las comunicaciones desde el pueblo de Castro con la capital somedana, La Pola o Pola de Somiedo, se realizaban a través de un camino real que discurría a gran altura sobre el río Somiedo. Con ocasión de los trabajos de edificación de la Central de La Malva, que entró en funcionamiento en 1917, y antes de que se construyese la carretera actual para poder acceder fácilmente al emplazamiento elegido, la empresa promotora de la central hidráulica, Saltos de Agua de Somiedo, construyó un camino carretero que, desde el paraje de La Cueva de La Malva, descendía en zigzag a través de la ladera, por la zona donde el relieve es más favorable.
En los años veinte, la finca en que se enmarca y los alrededores de la central fueron ajardinados, plantándose diversas especies de árboles y arbustos de origen alóctono, tal como era costumbre en la época. Una vez que el camino dejó de ser útil, la parte más pendiente de la parcela, situada entre la actual carretera y el camino real, fue transformándose en una zona forestal al ser recolonizada por la vegetación natural. Por ello, en la actualidad, conviven aquí gran número de especies autóctonas de Somiedo con otras que han sido introducidas por el hombre.
La vegetación natural arbolada del Area Forestal de La Malva es la que se desarrolla sobre sustratos calcáreos de las zonas más bajas —con clima más benigno— del Parque Natural de Somiedo. La mayor significación territorial la tienen los dos tipos de bosque que colonizan la parte superior de la finca. Prácticamente la mitad del terreno de ésta, en su zona más umbría y donde los suelos son más profundos, está poblada por un bosque mixto fresco en el que participan gran cantidad de árboles de hoja caduca como el fresno o freisnu, el olmo de montaña o tsamera, el avellano o ablanu, el castaño o castañal, el espino albar o espinera, los tilos de hoja grande y de hoja pequeña o tilares, el roble albar o carbachu y el arce o pládanu. El sotobosque de esta formación es muy rico en musgos y helechos, lo que crea rincones de gran belleza. Las márgenes del antiguo camino que discurre principalmente por el seno de este bosque mixto conservan parte del arbolado introducido a partir de los años veinte, siendo frecuentes los castaños de Indias, los arces reales, los robles americanos, los nogales o noceos, las falsas acacias y los pinos silvestres.
La otra mitad de esta parcela, más soleada y de carácter más natural en su conjunto, está colonizada por un encinar —que es el bosque que domina el paisaje de toda la zona circundante— y sus matorrales de sustitución. Junto con la encina o ancina, conviven otro grupo de árboles y arbustos que como ella poseen hojas perennes, el aladierno y el madroño o burrachinal, otros con hojas caducas, el cerezo de Santa Lucía y el endrino o prunal, y el quejigo, de follaje con carácter intermedio o marcescente. Las flores de los brezos vagantes o gorbizos y de las aulagas o árgomas proporcionan bellos coloridos al matorral de sustitución de estos bosques esclerófilos.
El resto del Area Forestal de La Malva, el terreno situado entre la carretera y el río y los alrededores de la central, está ocupado fundamentalmente por arbolado de carácter alóctono entre el que destacan varios ejemplares de tuya gigante y otras coníferas de gran porte. La naturalidad la volvemos a encontrar en las orillas del río Somiedo que aparecen colonizadas por un bosque de ribera o aliseda en el que dominan árboles como el aliso u homeiru y diversas especies de sauces o salgueiros.
Además hay que destacar la presencia en la zona de una de las especies vegetales más emblemáticas del Parque Natural, la centaura de Somiedo, gencianácea casi exclusiva de estas tierras donde fue descubierta, como refleja su nombre científico, Centaurium somedanum, y que está catalogda por la Administración regional como especie protegida dada la vulnerabilidad de sus poblaciones.
Víctor M. Vázquez
José Antonio Fernández Prieto

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